El corte de cuerda accidental es uno de los mayores riesgos al que se enfrenta un técnico en trabajos verticales en su día a día. La reciente publicación de un informe con las conclusiones sobre el accidente que costó la vida a un joven técnico IRATA en una plataforma en alta mar en 2011 –ambas cuerdas seccionadas por lo que parece una mala elección de la protección anti roce- nos ha sacudido a todos y debe hacernos reflexionar.
La protección de la cuerda frente al roce es probablemente unos de los puntos críticos de una instalación para trabajos verticales: ambas cuerdas –posicionamiento y anticaídas– deben quedar a salvo de cualquier elemento cortante que pueda comprometer la seguridad de la instalación.
Muchas veces nos perdemos en acaloradas discusiones sobre qué nudo tiene más resistencia o qué tipo de triangulación es más segura, aspectos sin duda importantes y en ocasiones críticos pero que a menudo nos hacen perder de vista o descuidar otros aspectos de una instalación como la protección anti roce.
Porque seamos realistas, fijar una cuerda mediante un ocho en lugar de un nueve –más resistente este último sobre el papel- no es como para echarse las manos a la cabeza. Sin embargo, colocar dos cuerdas dentro un único protector anti roce o incluso dejar una de las dos desprotegida (!) frente a un borde cortante por quedarnos cortos de estos elementos sí que puede resultar crítico.
El informe IRATA
Recientemente, IRATA publicaba un informe con las conclusiones sobre el accidente que costó la vida un joven técnico cuando estaba trabajando en una plataforma en alta mar. IRATA publicó incluso un vídeo en el que reproducía las condiciones del accidente: ver el fallo de las cuerdas en apenas 3 movimientos pendulares sobre un borde metálico pone realmente los pelos de punta.
Las conclusiones del informe indican un error en la evaluación de riesgos quizás debido a “unas condiciones de trabajo que habrían podido ocultar el peligro”. En efecto, el filo cortante sobre el que apoyaban las cuerdas estaba parcialmente tapado por una membrana de goma.
Por otro lado, en el fallo catastrófico de la segunda cuerda parece que estaba involucrado el dispositivo anticaídas deportivo Shunt de la marca Petzl: este aparato no actúa (no frena) sobre la cuerda si es manipulado durante una caída, algo que parece haber ocurrido en el accidente según se desprende del informe.
Los procedimientos de IRATA prohíben expresamente la manipulación de la leva del dispositivo con la mano, algo difícilmente evitable ante la acción reflejo más probable durante una caída inesperada: agarrar con fuerza lo que tengas a mano. En cualquier caso, la idoneidad o no del uso de este dispositivo en trabajos verticales excede del ámbito de este artículo y no entraremos a valorarlo aquí.
Puedes leer el informe en español aquí
Tipos de protección anti roce
La mejor protección contra el roce de la cuerda es evitarlo mediante desvíos, fraccionamientos o triangulaciones, soluciones todas que eliminan el riesgo en origen. Sin embargo, si esto no es posible habrá que optar por sistemas activos: los denominados protectores de cuerda.
Existen diferentes soluciones en el mercado para proteger las cuerdas de elementos cortantes/abrasivos/calientes, aunque no todos valen para lo mismo. Repasamos a continuación los más utilizados.
Fundas de PVC
Los más utilizados son unas fundas fabricadas en pvc con cierre de velcro. Son baratas, versátiles y fáciles de instalar, pero se muestran ineficaces en filos cortantes (como demuestra lo ocurrido en el accidente comentado más arriba) o estructuras calientes.
Esto ha llevado a que empresas como la petrolera Shell prohibieran recientemente el uso de estos dispositivos en sus plataformas en alta mar, una decisión que acaba de secundada por la propia IRATA para cualquier situación.
Suelen contar con dos o tres capas y con una pequeña cinta de o clip metálico que permiten fijarlos a la cuerdas evitando así que deslicen.
Existen también interesantes variantes de este sistema, como las mallas metálicas trenzadas, que ofrecen una excelente protección frente al corte, las fundas hechas de fibra de vidrio y aluminio que ofrecen protección contra el fuego o los modelos que incorporan capas de kevlar —muy bueno el del fabricante británico Ropepro—, que los hacen prácticamente infalibles ante el corte.
Protectores articulados metálicos
Estos dispositivos suponen una buena opción si el filo a proteger es muy agresivo o cortante.
Existen varios modelos en el mercado, algunos de ellos incluyen rodillos que permiten el deslizamiento de la cuerda en operaciones de ascenso-descenso (elevación-descenso de cargas, rescates, etc).
Entre sus inconvenientes está su elevado precio (puede superar los 100 €) y que son más complicados de instalar que los de PVC.
Placas protectoras
Otro invento que puede ser de gran ayuda. Se trata de una placa de aluminio diseñada para ser fijada en estructuras horizontales tipo «tramex«.
Suponen una buena alternativa a los dispositivos citados más arriba cuando debemos introducir las cuerdas por las rejillas de estas estructuras.
Las fundas de PVC no ofrecen suficiente protección frente a la agresividad del filo metálico y las malla metálicas trenzadas no suelen caber en en este tipo de estructuras.
Bypass con eslingas metálicas
La mejor opción desde mi punto de vista consiste en fijar una eslinga metálica a la cuerda mediante dos nudos mariposa situados a ambos lados del filo cortante, dejando la cuerda entre ambos nudos un poco más larga que la longitud de la eslinga. De este modo es la eslinga la que está tensionada y roza contra el filo aislando el tramo de cuerda. Algunas asociaciones de trabajos verticales, como la francesa DPMC incluyen este sistema desde hace tiempo en sus acciones formativas.
Si nos encontramos con un tramo de cuerda aislado mediante este método podremos superar el obstáculo de dos maneras: como un paso de nudo normal (doble en este caso, dos nudos consecutivos) o como un paso de nudo seguido de un paso de fraccionamiento.
Podéis ver una excelente explicación a partir de 7:14 en este vídeo de Access Techniques Ltd
Artilugios caseros
Todos los dispositivos/sistemas descritos hasta ahora son opciones perfectamente válidas como protección frente al roce. Como siempre, la clave estará en una correcta evaluación de los riesgos. Sin embargo, la realidad de los trabajos verticales es muy distinta: son muchas, muchísimas, las empresas que siguen utilizando trozos de manguera, mochilas, sudaderas, neumáticos, tubos de plástico, periódicos, calcetines (!)… yo he visto de todo a lo largo de mi trayectoria como técnico vertical.
Que sean soluciones válidas o no es otra cuestión. Un trozo de manguera bien colocado puede aportar suficiente protección en determinadas circunstancias –o no. Lo que a mí me llama poderosamente la atención es que, a día de hoy, los protectores de cuerda no están normalizados. Esto es, no son considerados EPI, por tanto no pueden llevar marcado CE y no están regulados por ninguna norma técnica (UNE-EN).
Y aquí surgen varias preguntas: ¿Cuántas capas debe llevar una funda de pvc como las que venden infinidad de fabricantes? ¿2? ¿3? ¿Quién lo decide? ¿De qué material deberían estar hechas? Y la más importante de todas, ¿deberían estos dispositivos tan importantes ser considerados EPI y por tanto regirse por una norma técnica?
Para terminar os dejo un interesante vídeo donde se compara la resistencia al corte de las cuerdas en sistemas tradicionales –una cuerda tensionada + 1 cuerda anticaídas- frente a sistemas de cuerdas de tensión compartida -ambas cuerdas tensionadas.
2 respuestas a «La importancia de los protectores de cuerda»
exelente articulo, a mi parecer deberia existir alguna norma que regule y certifique los protectores de cuerda. saludos y a cuidarse
Muy buen articulo. Para mi mejor protección de roce es evitarlo mediante desviadores o fraccionamientos. Si no queda otra hay que proteger bien la cuerda y siempre pensarlo que ocurre despues de una caída. Muchas veces ponemos protector en la cuerda de anticaidas sin pensar donde acaba en caso de caída.
PROTEGER LA CUERDA ES MUY IMPORTANTE!!!